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Experimentos curiosos

May 14, 2011

Después de 15 días de encuesta los resultados han dado como ganador al tema propuesto: Experimentos curiosos. Tras una reñida competencia entre varios de los temas, éste se ha erigido ganador por pocos votos de diferencia respecto a sus más cercanos perseguidores. Habrá más posibilidades de éxito para el tema que escojas, sigue nuestras encuestas.

Experimentos curiosos hay muchos y algunos nos han llevado a los descubrimientos más impresionantes o inútiles de la historia de la ciencia. A veces, parece mentira que de las mentes científicas hagan tales cosas, o simplemente se gaste tiempo, dinero y neuronas en investigar asuntos tan raros como los que os voy a citar.

a) La Bomba Gay:

Este experimento pretendía crear un bomba química de altas repercusiones biológicas. El proyecto, pese a sus sorprendentes intenciones, fue tratado con absoluta seriedad y se creyó estar ante un nuevo paso del avance bélico, aunque se dijo a la opinión pública que no se desarrollaría tal descubrimiento por sus incómodas connotaciones morales y sus peligrosos efectos fisiológicos (La teoría conspiratoria cree que existen unidades de estas bombas preparas para ser utilizadas en el momento indicado.). La idea pretendía desarrollar una bomba que liberase tal cóctel de hormonas y feromonas que provocase un impulso sexual incontrolable, teniendo en cuenta que la mayor parte de los ejércitos es masculina, dicha atracción sexual se daría más de forma homosexual que heterosexual. Ya que el volumen de hormonas liberadas hace que el individuo que las padezca tenga tal apetito sexual que le de igual la condición en que se de, simplemente estaría únicamente capacitado para practicar sexo. Este poderosísimo afrodisíaco no sólo minaría las capacidades bélicas de un ejército volviéndolos máquinas de sexo, sino que además atraería a muchas molestas criaturas que desarticularían aún más a ese ejército bombardeado, como podría ser el caso, de insectos, roedores u otros animales menores de presencias incómodas que pudiesen provocar más altercados al ejército enemigo (la transmisión de la rabia, picaduras venenosas, etc.). Está claro que de una forma u otra, un ejército bombardeado por esta bomba ‘gay’ quedaría anulado. Ya me imagino a los soldados haciéndolo por todo el campo de batalla ante la mirada atónita del enemigo, surrealista…

b) El efecto del alcohol en la percepción de la belleza:

Un estudio americano quiso averiguar si realmente cuando los hombres ingieren grandes cantidades de alcohol ven a las mujeres más atractivas. El resultado fue sorprendente. Al contrario de la opinión pública que cree que el hombre borracho ve más atractivas a las mujeres que en estado de sobriedad, el estudio concluyó que los hombres borrachos de la investigación veían a las mujeres más feas que antes de beber. Parece mentira, siempre creí que era al revés cuando bebía de fiesta en alguna discoteca. Si en el experimento los hombres hubieran ido a dormir con esas mujeres y despertarse con ellas, habría que ver si el resultado seguiría siendo el mismo, o alguno habría huído a toda prisa.

c) El dolor y las tiritas:

Un estudio a 65 alumnos con buenos hábitos demostró que la sensación de dolor al quitar una tirita disminuía al hacerlo de forma rápida, y al contrario, aumentaba cuando la quitaban lentamente. Este gran descubrimiento ahorrará un buen número de lágrimas a los niños cautelosos, primando la decisión sobre la duda. A partir de aquí el mundo cambiará…

d) Los Ojos del Lagarto:

En EEUU un grupo de científicos decidió estudiar los efectos fisiológicos en la conducta animal. Este elenco de mentes privilegiadas conductistas pensó que la reacción de un lagrato ante un estímulo olfativo y visual alimenticio estaba clara, era que el lagarto sacase su vípera lengua para comérselo. Entonces, pensaron de forma aguda: ¿qué sucedería si los estímulos captados por los sentidos del lagarto estuviesen alterados? El experimento consistió pues en extirparle los ojos al lagarto para más tarde reimplantárselos al revés, es decir, que el pobre lagarto debía ver hacia sus adentros en vez de hacia fuera. El resultado, sorprendente para estos científicos, fue que cuando el lagarto sentía el estímulo de alimento delante suyo, percibido por el olfato (ya que ver no veía nada), en vez de sacar su lengua hacia fuera, la estiraba hacia su garganta, en dirección a como estaban sus ojos. La gran conclusión de éstos fue que la parte fisiológica era más fuertes que la reacción lógica a un estímulo por parte del instinto alimenticio. Es decir, pesaba más el hecho de la colocación al revés de los ojos para guiar la lengua, que la necesidad de sacar la lengua fuera para alimentarse. Gran hallazgo, pero que se lo digan al lagarto que murió al poco tiempo por ayuno forzado.

e) Refutación a la ley de Murphy:

Otro ejemplo, fue la refutación de la ley de Murphy en que interviene la famosa tostada. Aquella ley universal en que se dice que la tostada untada siempre caerá sobre el lado untado (en favor del colmo de la mala suerte, como todos los otros ejemplos de la ley de murphy). Pues unos científicos, queriendo justificarla, ataron una tostada untada a la espalda de un gato (que siempre caen de pie) dejando la cara untada hacia arriba, y dejaron caer el gato varias veces desde más de 30 cm, y he aquí como consiguieron contradecir la supuesta ley universal de la tostada, ya que dejó de caer entonces sobre el lado untado, reafirmando la premisa de que los gatos siempre caían de pie desde distancias mayores a 30 cm. Esto puede ayudar mucho al desarrollo de la ciencia en próxmos años.

¡Gracias a la tostada y al gato!

Así podría seguir con muchísimos ejemplos más, desde que los placebos funcionan mejor cuanto más caros son (es lo que tiene vivir en un mundo capitalista); o que preferimos los hombres a las mujeres castañas porque nos parecen las más estables (como si hubiesen parámetros para que alguien te guste); o que el hambre es proporcional a tamaño del plato en el que se come (que se lo digan a los que pasan hambre); o el del elefante y el ácido en el que se le administró a un elefante 3000 veces la dosis para humanos de LSD buscando provocarle un estado particular que sólo tienen una vez al año en celo, y el elefante sufrió un ataque al corazón que acabó con su vida, sin antes sufrir las mismas alucinaciones que los científicos que probaron el ácido para saber que fuese bueno y no matase al elefante (siempre pruébalo antes de dárselo a alguien, claro…).

La ciencia es el dios de la era contemporánea, pero en su nombre se han hecho tantas cosas tan inexplicables y negativas, que bien podríamos rebautizarla como el demonio de la era contemporánea. Le debemos mucho a la ciencia, pero no estáal margen de las leyes que nos hacen cumplir a nosotros. Lógicamente, no he querido mostrar en este post las atrocidades hechas en nombre de la ciencia por científicos de todo el mundo, ya fuesen americanos en busca de nuevas armas biológicas, o nazis experimentando con judíos…

Simplemente decir que la ciencia nos ha traído hasta el momento tecnológico en que estamos, ¿pero quién nos ha preguntado en algún momento si queríamos llegar aquí?

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  1. May 15, 2011 6:57 pm

    Tens tota la raó, no hi ha utilitat en aquests descobriments per molt que ens piqui la curiositat, quan feia pràctiques amb ratolins sempre m’havia preguntat si de debò calia fer-ho, si no es podria aprendre d’alguna altra manera… com a mínim nosaltres no els matavem, els molestavem però… una altra cosa és en estudis sobre el càncer per exemple, que malgrat tot desprès la seva conclusió es pot aplicar per possiblement salvar vides.

    Com tot, no es pot abusar.

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