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Cosas de Fontanería

May 25, 2012

– Esto es todo una mierda, los políticos no saben hacer demagogia correctamente… en vez de perseguir a los fumadores, ¿por que no buscan otras alternativas?

-¿Por ejemplo?

– Ahora te lo explico… ¿dónde tenías el atasco?

– Ah, ¡si! Es verdad, el atasco…

Viernes 25 de Mayo, llega el fontanero a arreglar cosas del piso… por sorpresa mía el dialogo sería más que enriquecedor. Los estigmas ya se sabe. Esta entrada no sé bien donde ponerla, si en filosofía o en actualidad. Es más bien política. Atención a la propuesta de este señor argentino para acabar con los recortes, propuesta que según me dijo había expuesto a su Ayuntamiento y a la Generalitat.

Se calcula que en el estado español hay aproximadamente siete millones de inmigrantes legales. La propuesta va dirigida a estos siete millones, como veréis es un tanto demagógico pero teniendo en cuenta que nuestros políticos van sobrados de esto, no es tan mala idea. La cuestión es cobrar diez euros de las nóminas de los inmigrantes para sufragar los gastos de sanidad y educación. Él lo decía porque entiende que los españoles han pagado las autovías, los hospitales, las farolas, etc. por lo que ve lógico que el que viene de fuera paga alguna cosa ya que disfruta de todo esto. Si esto se hubiera hecho hace diez años el discurso anti-inmigración tan actual se podría silenciar en algunos aspectos (por ejemplo la falsa creencia de que los de fuera colapsan la sanidad pública). Total, si hacemos números en un mes se recaudarían setenta millones de euros, por doce hace 840 millones de euros al año. ¿Aún parece algo descabellado?

El problema de esto es el trasfondo. Al hacer esto se pone al inmigrante precisamente como el supuesto causante de nuestros problemas (contradicción de cajón con lo expuesto en el párrafo anterior), cuando realmente si estamos donde estamos es por culpa de la mala gestión de los recursos del estado por parte de los políticos. Así pues no sé bien que pensar… supongo que la propuesta venga por parte de un inmigrante la hace aplaudible, pero ningún político se mojaría a hacerlo por las críticas que le pueden caer al ser algo, con cierta claridad, racista ya que rompe con el principio de igualdad de todos los habitantes del estado. Aunque si pensamos que hay unos banqueros que pueden hacer lo que quieren, este principio ya esta más que roto.

En fin, divagar y más divagar… eso es lo que hago…

El final de los tijeretazos no deberían venir por parte de los más desfavorecidos sino de los que tienen más dinero, porque la creciente fractura social llegaría a la base de la pirámide social y esto no lo deberíamos permitir de ninguna forma. La unidad de la clase media-baja es necesaria para cambiar esta injusta sociedad.

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